El lado oscuro de ser coach
O las razones por las que deberías pensártela
antes de intentar hacerte coach
© Laura Fierro Evans
Si crees
que no puedes quedar fuera de la jugada ahora que esto de ser coach está de
moda y quieres certificarte a como dé lugar, puede ser que te lleves un gran
revés si no te la piensas con suficiente detenimiento. Pues hay un lado oscuro
del que nadie habla, sobre todo cuando lo que recibes son cientos de mensajes
publiciatarios que te venden el sol, la luna y las estrellas.
Partiendo
de la premisa que te quieras entrenar con profesionales y no caigas en manos de
farsantes, el hacerte coach tiene esa otra cara oculta que necesitas
reflexionar profundamente para que sepas en qué terreno te podrías meter y con
qué tipo de monstruos y dragones tendrías que luchar. Mencionaré aquí algunos
aspectos que hacen que tantos caigan y se pierdan en el camino, para que al
menos hayas tenido esta advertencia antes de dar pasos en falso. Y decidas con
un nivel mayor de conciencia qué estás dispuesto a dejar a cambio de entrar en
este camino.
1. Si
te haces coach se te acabaron los pretextos,
que no son otra cosa que mentiras
con una palabra menos directa. Toda frase que contenga “Es que…” o “sí, pero
no
pude…” las quitarás de tu vocabulario. Porque un coach profesional
encarna la máxima de “Yo soy mi palabra” y asume el efecto de lo que dice y de
lo que calla. Sabe que el pretexto es una manera de quitarse responsabilidad
sobre su incumplimiento, el pero es la palabra que anula la validez
de lo dicho antes y el no puedo es una forma de ocultar que
no
quiere. Todas, formas verbales del engaño y el autoengaño. Así que si
esto de fijarte en este tipo de detalles de lenguaje te causa una enorme
flojera porque quieres seguir hablando y justificándote como siempre, mejor
piénsatela. Puede que esto del coaching no sea lo tuyo.
2. Se
te acabaron los juegos de víctima,
pues como llegarás a tu casa feliz a contar a tu gente lo que vas aprendiendo
en el programa, al primer intento que hagas de culpar al otro, de hacerte ver
como pobre inocente, impotente ante aquéllos malos que te quieren dañar, tu
misma gente te sacará el espejo para detenerte y hacerte responsable: “¿Y para
eso te hiciste coach? ¿para salirme con esto de nuevo?” Entonces ten cuidado si
eres de los que ganan sus batallas buscando culpables. Tal vez no te va a gustar
mucho el descubrir que si apuntas con un dedo al de enfrente como haciendo la
forma de una pistola, son tres dedos los que te apuntan a ti.
3. Serás
más cuidadoso de tus excesos
nocturnos en público, sobre todo después de que pierdas algún cliente que te
encontró por ahí perdido en un antro, cuando al día siguiente ibas a hablar con
ellos de integridad e impecabilidad… Así que pregúntale a quien sea el objeto
de tus excesos si te va a permitir semejante desfachatez de abandonarlo por
meterte a esto del coaching que va pareciendo menos divertido de lo que sonaba
en un inicio.
4. Se
te acabaron las burlas y sarcasmos contra otras personas porque
descubrirás cómo esas prácticas son discriminatorias y parten de estereotipos y
de un deseo de venganza sobre alguien que no es culpable de tu ira interna.
Descubrirás quiénes son los verdaderos enemigos a combatir, esos que habitan en
tu interior y a los que aprenderás a honrar, no a despreciar a través de reírte
a costa del malestar de otros. Así que, huye del coaching si éste es tu
pasatiempo favorito. Es posible que tus amigos te tacharán de aburrido y
quedarás excluido de ese grupo en poco tiempo, enojado, además, porque “nadie
te dijo” que esa sería una inevitable consecuencia de meterte a relfexionar
sobre ti mismo y el efecto de tu conducta.
5. Al
hacerte coach se te acabó ese sentirte dueño
de la verdad universal que pontificas a diestra y siniestra. Si eres de los
que se cree el Nuevo Mesías o el salvador del mundo, aléjate, pues justo
encontrarás al lado oscuro: que tu verdad vale tanto tanto, que apenas para ti
es válida. Y peor todavía, pues te enseñará que es mucho más poderoso escuchar
abierto y sin juicios, que hablar repitiendo una y otra vez los discursos que
tu mente fabrica de manera automática y repites hasta el cansancio. Así que
cuídate de caer en la tentación del coaching si quieres seguir predicando como
ya lo haces. Esto del silencio y de escuchar puede que te generen efectos
secundarios adversos.
6. Se
te acabó la dependencia excesiva en
los otros y ya no podrás ir a llorarle a tu pareja a que te resuelva la vida y
tome las decisiones por ti, pues el coaching te facilitará el camino a la autonomía
y a elevar tu determinación al tomar decisiones. La conciencia que obtengas
gracias al coaching puede hacer peligrar al dependiente que te habita. Así que
piensa bien si te conviene.
7. Se
te acabó el quererte creer que eres el o la linda buena maravillosa, blanca paloma, casi hermana gemela de la
Madre Teresa, conectada con los ángeles y la bondad suprema. Pues mientras más
te esfuerzas en hacer creer que vienes con tus alas apenas aterrizando vestida
de blanco, más crece a tus espaldas tu lado oscuro como una sombra del doble de
tu tamaño, y a la primera provocación se apodera de ti tu “Darth Vader” y te
hace aniquilar tu figura angelical en la primera frase que hables. Sucede que
en coaching aprendes a mirar, apreciar y abrazar al bueno y también al malo que
te habitan, al ángel y al diablo y a ser dueño de toda tu vida interior, no
sólo de la parte con la que quieres identificarte a costa de negar o reprimir
la otra. Así que cuidado.
8. Buena
parte de los chismes que tanto
alimentan tu vida social se van a terminar o al menos se va a ir transformando
tu participación en ellos. Al hacerte coach estarás más silencioso, más
reservado y observador. Habrá una vocecita interna que te recuerde la
“confidencialidad” cuando quieras compartir todo sobre la vida de alguien. Y
probablemente irás acostumbrándote a guardar lo que no es tuyo y a saber que si
no es tuya la historia no te corresponde contarla. Así que si no estás
dispuesto a prescindir del placer del chismorreo, mejor ni te metas en esto.
Imagina el horror de tener que quedarte guardando el cuento para tus adentros.
9. Otro
lado oscuro detrás del coaching tiene que ver con el ego, la soberbia el sentido de superioridad sobre otros. Si crees
que con el coaching ahora sí, por fin, tendrás herramientas para “ayudar”,
“curar” o “arreglar” a los clientes que esperan en fila afuera de tu oficina,
temo decirte que te encontrarás con que en coaching aprendes justo lo opuesto:
a valorar al cliente como persona inteligente y como el experto en su vida que
contiene dentro de sí mismo las respuestas y tú sólo le ayudarás a
encontrarlas. Esto le baja varias rayitas al volumen de tu superioridad y te
hace conectar con él como un ser humano tan sabio o tan ignorante como tú. Así
que si no quieres hacer un ejercicio de humildad, mejor sigue siendo experto
“reparador” de los demás.
10. Se
te acabó el creer que nada más por asistir a unos cursos tendrás ya la varita mágica con la que vas a volverte
millonario. Descubrirás que el
camino del coach es como el camino del guerrero. Y el que entra, descubre que
no es ninguna varita mágica lo que genera la abundancia, sino un compromiso
diario que implica disciplina, autorreflexión, y comprometerse con ser un mejor
ser humano cada día para que esa sea la
magia de la varita: ser un ejemplo de presencia, de escucha y de crear las
condiciones para construir el mejor de tus futuros posibles.
Así que... si llegaste hasta aquí en la lectura, has perdido
un cachito de inocencia. Cuídate del
lado oscuro, ahí está detrás de ti.
El
Pueblito, Qro, 12 nov 2105
©Laura
Fierro Evans
8 comentarios
Muy buen artículo, muchas gracias
ReplyGracias, Pepe! Muchos saludos!
ReplyCIERTAMENTE UN VIAJE DE IDA
ReplyExcelente!! Muchas gracias!!
ReplyGracias
ReplySi estar en el tema mucho de lo que dice el texto es real.. Y lo aplicó diariamente... Gracias!!
ReplyGracias a ti por tu comentario!
ReplyHay una fuerza enorme que me empuja a querer averiguar más sobre todo este tema...
ReplyMuy buena nota..
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